miércoles, 9 de octubre de 2013

Termas de Puritama, oasis en el desierto de Atacama

Termas de Puritama, Desierto de Atacama, Chile
Créditos: Felipe Esturillo
En medio del desierto de Atacama es posible encontrar las termas de Puritama, ideales para relajarse, disfrutar del paisaje y sus propiedades terapéuticas.
Desierto de Atacama es sinónimo de calor y aridez, como todos los desiertos. El de Atacama es el más árido del mundo, pero a pesar de ello esconde algunas sorpresas. Por ejemplo, cada cierto tiempo, con el poco agua que su tierra es capaz de recoger, florecen cientos de flores, haciendo del desierto más árido del mundo, un desierto florido. Otra de las sorpresas que esconde, es un pequeño oasis de aguas termales ubicado a 30 kilómetros al norte de San Pedro de Atacama y a 3.500 metros sobre el nivel del mar. Son las termas de Puritama. 

Qué son las termas 
Las termas son un espacio acuático en donde el agua se calienta de manera artificial o natural. Conocidas por sus cualidades terapéuticas, el agua termal permite al cuerpo relajarse y recuperar la vitalidad perdida. En las termas naturales, sus aguas toman temperatura de las rocas calientes que yacen bajo tierra, brotando al exterior. No suelen tener el transparente color de una piscina normal, entre otras cosas por las altas temperaturas, que las ayudan a conseguir ese tono verdoso. 

Termas de Puritama, Chile
Créditos: Felipe Esturillo
Termas en el desierto 
Se suele asociar termas, por lo menos en Chile, a los verdes y frondosos paisajes del Sur. Sin embargo, en Puritama lo que se aprecia es algo totalmente diferente. En medio del desierto, aparece este regalo de vida, no sólo con agua –elemento tan escaso, sino que también con vegetación que rodea las pozas contrastando con los marrones del desierto. 

Termas de Puritama 
Las termas de Puritama están ubicadas en un cañón montañoso, en una abrupta quebrada. Rodeadas de vegetación y con un diámetro de 8 metros, la temperatura de sus aguas ronda los 33º Celsius. Los pozones, que son 8, no superan el metro de profundidad. En uno de ellos hay una cascada y, al ponerse abajo, genera una sensación de hidromasaje natural. Cuenta con una infraestructura básica para que el turista pueda aprovecharlas al máximo: camarines, baños y pasarelas de madera, tanto para el turista como para proteger la flora y fauna del lugar. 

Los beneficios de Puritama 
Dicen que desde siempre la gente ha acudido hasta Puritama a aprovechar sus cualidades curativas. Las aguas de las termas están clasificadas como meso termales sulfatado-sódicas, de PH neutro. Contienen una combinación de otros minerales como sulfatos, magnesio, sodio, potasio, litio, calcio y boro que ayudan a aliviar los dolores de la artritis, osteoporosis, reumatismo crónico, bronquitis, y otras dolencias. Estas aguas son también recomendadas para aliviar para combatir el cansancio y el estrés; estimulan el aparato circulatorio, el digestivo y el rejuvenecimiento de la piel. No está de más recordar que siempre que acuda a una terma es preciso que, si sufre de alguna dolencia, lo consulte con su médico. 
Puritama, termas en el Desierto de Atacama
Créditos: Felipe Esturillo

Cómo llegar a las termas de Puritama 
Si no tiene coche, la única manera de llegar desde San Pedro es contratando un tour o un taxi, no existe de momento transporte público hasta este hermoso lugar. Si lo que prefiere es alquilar un coche, debe seguir las indicaciones para ir a los Géiseres del Tatio hasta llegar al desvío que lleva a las termas de Puritama. Si sale desde San Pedro, son casi 30 kilómetros. Si viene desde Santiago casi 1.700 kilómetros. Los alrededores de las termas de Puritama Si está en Puritama tiene a su alcance algunos de los lugares más hermosos y turísticos del planeta. No deje de visitar San Pedro de Atacama, Valle de la Luna, Toconao, o Géiseres del Tatio, sin lugar a dudas se irá enamorado, como muchos antes que usted.


© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

jueves, 8 de agosto de 2013

Cinco caras ‘diferentes’ de Cantabria

Cantabria es una región pequeña, pero matona. Una tierra hermosa donde las halla que tiene mucho más que ofrecer que playa y más playa. Aunque sus playas son preciosas, para que nos vamos a engañar. No obstante, muchas más actividades y paisajes son las que ofrece esta montañosa región que tanto empeño puso en conquistar el emperador Augusto. Cinco de ellas se recogen en el siguiente listado fruto de la experiencia de la periodista que escribe y que nunca se cansará de recorrer una tierruca que, pese a su tamaño, presume con descaro de ser Infinita.


Parque de la Naturaleza de Cabárceno
Créditos: Cristina E. Lozano
Muchos años lleva ya abierto el zoológico de Cabárceno, a menos de 20 kilómetros de Santander, pero apenas unos meses arrancó una nueva modalidad de visita, una salvaje, que permite acercarse a los animales hasta el punto de darles de comer. Atrévete a acariciar a las jirafas, a dar de comer a las cebras, a saludar al rinoceronte blanco, a sostener un águila imperial en el brazo, a tocar un elefante y a recorrer el recinto de los osos pardo en un Land Rover. No será una experiencia barata pero si inolvidable.

Picos de Europa, Cantabria
Creditos: Cristina E. Lozano
Sube a los Picos de Europa
Aunque la mayor parte de la Reserva Natural de los Picos de Europa va a caer en Asturias, en Cantabria también hay un cachito de paraíso montañoso. La forma más cómoda y rápida de ascender a él es utilizando el teleférico de Fuente De (pasando la coqueta localidad de Potes donde, por cierto, sirven unos cocidos lebaniegos y un orujo de bandera). Una vez arriba hazte una ruta con o sin nieve, dependiendo de la estación, o, simplemente, contempla el paisaje. Merece mucho la pena.


Escala ferratas en el Parque de los Collados del Asón
La zona de Ramales de la Victoria, en la parte más oriental de Cantabria, puede presumir y presume de haber sido el lugar en el que se instaló la primera vía ferrata de la región y, si no me equivoco, la primera de la cornisa cantábrica. Con tu material o con el que alquiles en la oficina de turismo de la localidad (al módico precio de 9 euros todo el día) asciende por El Cáliz y, si te ves con ganas, por El Risco después. No faltarán los puentes tibetanos en esta aventura, tramos que no tendrás que cruzar si, digamos, ese día no te apetece.

Contempla las estrellas desde el Puerto de Los Tornos
Una carretera sinuosa con decenas de curvas y poco iluminada lleva hasta un sencillo mirador de piedra ubicado en Los Tornos, uno de los puertos que comunican Cantabria con Castilla y León. Atrévete a subirlo por la noche (ojo que el camino tiene poca iluminación) para contemplar desde allí el cielo. Gracias a la altura y a la poca o nula contaminación lumínica de la zona la bóveda celeste si el día está despejado se muestra impresionante.

Playa de Somocuevas, Cantabria
Créditos: Cristina E. Lozano
Descubre las playas ‘secretas’ de Santander
Aunque la capital cántabra cuenta con más de cinco playas, todas y cada una de ellas bien bonitas, merece la pena coger el coche y plantarse en la zona de Liencres y la Virgen del Mar. Si estás vivo y la orientación no te falla serás capaz de encontrar playas salvajes como la de Covachos (que sólo se deja ver en momento de marea baja) o la de Somocuevas (ideal si sopla el nordeste porque está en dirección opuesta). Ambas impolutas, nudistas y sin socorrista. Ideales para perderse y no ser encontrado.




© Cristina E. Lozano, Derechos Reservados
Twitter: @CristinaELozano

viernes, 5 de julio de 2013

Castellano chileno por un Pepe, que no PP

Calle Huérfanos, Santiago
Créditos: Mi Nube
Dicen que el idioma castellano-español es universal. Puede que tengan razón los que eso afirman. Sin embargo, si usted, viajero, va a Chile, lo más probable es que no se entere de nada de lo que le están diciendo. Ahí hablan "chileno".

Imagine que se encuentra en un mall (centro comercial), y le hace una pregunta al guardia de seguridad. El uniformado le contesta: Donde la Lola, junto a la escala, Po’h. ¿Qué le ha dicho? Fácil: donde se encuentra la joven, al lado de la escalera. Pues así todo. Si quiere comprar una falda, pida una pollera; si le gustan unas camisetas, busque poleras; y si necesita algo más grueso y “casual”, le darán un polerón. Pero no se sienta usted achacado (angustiado), ya que si sigue leyendo podrá abanicarse (hacer algo con relativa facilidad), sin apretar cachete (escapar) del país andino.

Sabemos que es usted un chiporro (novato), pero esperamos que no le chamullen (mentir con muchos argumentos) y le den algo que vale hongo (algo de poco valor) por un filete (algo valioso). Pero no siempre se encontrará usted con un malandra (delincuente) que le quiera machetear (pedir dinero), pues Chile está lleno de jais y jambones (personas de buena educación y posición), que aunque algunos sean mano de challa o manito de guagua (tacaños), no le quieren vender la mula (estafar).

Las Condes, Santiago de Chile
Créditos: Santiago Joven
Santiago tiene ciertas características socioeconómicas que al visitante le suelen llamar la atención. Hay zonas muy cototas (bonitas) –Las Condes, La Reina, Providencia, Vitacura, la Dehesa-, donde las cuicas (mujeres acomodadas) con sus pelolais (adolescentes guaperas) campan a sus anchas, poniendo sus pailas (orejas) en orejas de caballo (estar atento) por ver si sus maridos son el patas negras (amante) pacalleuque (en secreto), mientras observan a los peinetas (buenos mozos) que pululan alrededor, con la intención de pellizcarle la uva (querer algo con la mujer de otro). En otras zonas no tan agraciadas, más pencas (peores), las situaciones para el turista pueden ser brígidas o peludas (peligrosas), donde mandan los carne amarga (delincuentes), siempre alejados de los ratis (detectives), que quieren las lechugas (dólares) del visitante. Pero no siempre es así.

Al pasear por el centro de Santiago, no confunda la Polla (lotería) con el pico, cacho, callampa, poronga, ñato, dedo sin uña, palo, cabeza de haba, huasca, corneta, pelado o diuca (todos sinónimos de pene), ya que si es hombre, pensarán que se le quema el arroz, se le cae el helado o la pelota al barro o le gustan a uno las patitas de chancho (ser homosexual). En el mismo centro abundan los lanzas (hábiles rateros), siempre atentos a los pacos (Carabineros) y en cada concurrida esquina alguien estará dispuesto a estirar la manga (mendigar), mientras envía miradas esquivas al cercano café con piernas (establecimiento donde se sirve café, atendido por señoritas ligeras de ropa).

Café con piernas en Santiago de Chile
Créditos: El Bar de Guma
Les recomiendo, al caer la tarde, acercarse por cualquier pub de la zona oriente en el tiempo del happy hour (dos consumiciones por el precio de una), e ir con buena facha (vestimenta), ya que encontrará algún huevito que quiera sal (alguna chica que esté interesada en usted), antes de entrarle agua al bote (empezar a sentir los efectos del alcohol) y por supuesto no haga un perro muerto (irse sin pagar).

Quizás, después de haber leído estas líneas, a alguno se le quiten las ganas de visitar Chile. Yo les digo: craso error. Vivamente recomendable, el país andino merece la pena ser visitado, por sus paisajes, su gastronomía y sobre todo por sus gentes, aunque a veces no las entienda. Recuerden la canción popular, que dice: “…y verás como quieren en Chile, al amigo cuando es forastero”.

Nota: El artículo está escrito en clave masculina, por un Pepe (español).



© Roberto González, Derechos Reservados
Twitter: @Rover022 

lunes, 27 de mayo de 2013

Girona: ciudad monumental, cargada de historia

Onyar y Catedral de Girona
Créditos: Pau Gir

La visita podría empezar por la Plaça Catalunya, una plaza donde cada domingo, ponen unas paradas de libros viejos, cromos, postales, sellos y monedas, donde podrás ver a los padres junto a sus hijos cambiando, buscando ese jugador de fútbol que se le resiste, o ese personaje de dibujos que suelen llevar los cromos y también ancianos con el pastel en dirección a casa de sus nietos… Una vez que respiras el aire de esta ciudad  tan viva, a unos metros tienes la mejor vista del Pont de Pedra (Puente de Piedra), un puente muy concurrido que te lleva hacia la plaza, porticada en parte, del ayuntamiento de Girona y también al corazón de Girona, La Rambla. Aquí podrás pasear y comer los famosos xuxos, una especie de croissant rollizo relleno de crema y con bastante azúcar por fuera.

Calle del Call Jueu en Girona
Créditos: Pau Gir
En una de las travesías de la Rambla, podrás contemplar el puente que fabricó Eiffel, se llama el Pont de les Peixeteries Velles (Puente de las Pescaderías Viejas) aunque los vecinos lo llaman el Pont de Ferro (Puente de hierro).
Junto al Puente de Piedra y La Rambla, tienes la oficina de turismo, donde en caso de duda, o de buscar algo concreto, te lo indicarán perfectamente. Seguimos la Rambla hacia el final y girando a la derecha, encontrarás el Carrer Ballesterias, indicando que empieza el Call Jueu (El Barrio Judío). 

Poco a poco las calles se irán estrechando, y si cruzas recto, llegarás a una calle hacia la izquierda, que te llevará directamente hacia la zona de la Catedral, pero antes entre librerías temáticas y restaurantes a la derecha encontrarás una calle estrecha, pasarás bajo un arco y subirás, a mitad de camino entrarás en la sinagoga. Allí conservan la Sefer Torá, es un rollo que contienen los cinco primeros libros de La Biblia, e imprescindible en una sinagoga, también tienen un pergamino de 1492, que es un acta de la ventas de las sinagogas en Girona, y la piedra sinagogal, del siglo XIV.

Catedral de Girona
Créditos: Pau Gir
Una vez sales hacia la calle anterior, sigues en dirección hacia la Catedral, a la izquierda tienes un museo digno de visitar y enfrente ya encuentras la plaza de la Catedral.
Te encontrarás en ese momento junto al edificio de la Pía Almoina y unas impresionantes escaleras que dan acceso a la puerta principal de la Catedral.
Una vez dentro puedes ver varios objetos que son imprescindibles, la primera está detrás del altar, es la Silla de Carlomagno (aunque Carlomagno al parecer, nunca visitó Girona), una silla de mármol en forma de cubo, que tiene una leyenda que dice que, si una pareja se sientan a la vez se casarán en breve… Aunque hoy en día está prohibido sentarse en ella.

También puedes ver la tumba de Ramón Berenguer II Conde de Barcelona, junto a su hermano, Berenguer Ramón II, (podrían ser mellizos), era llamado Cabeza de Estopa (Cap de Estopa), por su gran cabellera rubia. Cuenta la leyenda, al parecer la fidelidad de su halcón lo llevó hasta su tumba en La Catedral y acabó falleciendo a sus pies. En homenaje a la fidelidad de este halcón, se hizo primeramente uno de madera y posteriormente uno en piedra que puedes ver en un nervio en la entrada a las Salas Capitulares.

Torre de Carlomagno, Girona
Créditos: Pau Gir
Desde allí sales al claustro románico y puedes ver la Torre de Carlomagno, una preciosa torre románica que albergaba el campanario. Una leyenda dice que desde allí se le cayó la espada a Carlomagno y nadie la encontró, por que cayó de punta y aun sigue perforando el suelo, hasta que parta la tierra en dos. A su lado La Bruixeta de Girona, (La Brujita de Girona) una escultura suelta en la pared que también tiene su leyenda.

En los alrededores puedes visitar el Paseo Arqueológico, Sant Pere de Galligants, una preciosa iglesia románica que alberga el Museo Arqueológico, Sant Feliú (Sant Félix) donde está enterrado el patrón de la ciudad Sant Narcís (San Narciso). También podras recorrer a pie una de las Murallas de la ciudad que se encuentran en diversas fases.
Quedan muchos caminos y rincones de la ciudad de Girona, conocida como La Inmortal, espero que les anime a visitarla. Un saludo viajero.

© PauGir, Derechos Reservados 
Viajes con Historia
@PauGir

miércoles, 24 de abril de 2013

Zamora. Un paseo a través del tiempo

Zamora vista desde el Duero
Créditos: J.E. Antón
Paséala despacio. Déjate mecer por el rumor del Duero y escucha todo lo que sus piedras te cuentan en silencio. Piérdete por sus calles y plazuelas  medievales; siente la vida y el espíritu que duerme en su románico, tan sencillo, tan llano, tan bello. Como esta tierra de reinos y castillos, de iglesias y cristos, de meseta y río. De impresionantes viandas: legumbres, corderos, vinos, chorizos y quesos. Y de arte, mucho. Y de historia, más. Y de Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, una religiosidad popular, seria y trascendente que toca el alma. Una ciudad que merece la pena pasear, oler, saborear, sentir y vivir… 
Bienvenidos a esta ciudad castellanoleonesa, enmarcada por Galicia y Portugal donde el Duero hace frontera creando unos mágicos arribes. 
Bienvenidos a Zamora.

Historia de Zamora
Repasar la historia de Zamora es remontarnos a la edad de bronce. A vacceos y celtas. A la conquista romana. A los fenicios y cartagineses para los que sería Ocellum Durii; a los visigodos que la llamarían Semuret o a los árabes que la denominarían Azemur y Samurah. Conquistada definitivamente por los cristianos fue reconstruida por Fernando I, quien, a su
Calle Corral de Campanas, Zamora
Créditos: J.E.Antón
muerte, la entregó a su hija Urraca.  Su hermano Sancho II quiso arrebatársela. No lo logró. Murió al lado de sus muros, tras un asedio de más de siete meses en el que los zamoranos resistieron con coraje. Por eso dicen que Zamora, la bien cercada, no se ganó en una hora. 
El asesinato del monarca es recordado en el Portillo de la Lealtad, pequeño paso en el lienzo de muralla cercano al Castillo, lugar por donde entró Bellido Dolfos perseguido por El Cid tras cometer el regicidio. Resulta curioso que hasta el año 2010, a tal acceso se le denominase “Portillo de la Traición”, cuando fue resguardo para el valeroso zamorano que, con su acción, consiguió terminar con el asedio de la ciudad.
Muy cerca del Portón nos encontramos con jirones de historia. Vetustos solares que acompañaron los juegos del Cid, en su niñez zamorana. Bonitos miradores al Duero. Románticas callejuelas del Troncoso y del Corral de Campanas, donde parece que la piedra de los muros y el verde de los patios retienen amores medievales. 

Arte y Leyendas
Comenzamos nuestro paseo. Eso sí, conviene no tener prisa porque, aunque la ciudad no es grande, tiene mucho que ver. Sólo en el casco urbano se cuentan 22 iglesias románicas. La mayoría de estos templos, así como varias construcciones civiles que aún persisten, surgieron en el siglo XII y XIII, convirtiendo a Zamora en la Ciudad del Románico
Catedral de Zamora
Créditos: J.E. Antón
Nada más comenzar la andadura encontramos la Catedral con su espectacular cúpula bizantina y su sólida torre. Entra y déjate sorprender por las tallas de la sillería del coro. Por su Virgen “de la Calva” y su Cristo de las Injurias. 
Otra vez fuera, en su fachada sur, al lado de la románica puerta del Obispo, veréis, petrificada, la cabeza de un ladrón al que el templo atrapó ahí, para siempre, cuando intentaba escapar con su botín. Es una de tantas leyendas que te cuenta Zamora. 
Otra ficción con base histórica es la denominada del Motín de la Trucha. Sublevación popular por la propiedad de un pez en el mercado, que terminó con el incendio de la Iglesia de Santa María, una de las más antiguas, cuando en su interior estaban reunidos todos los nobles de la ciudad. Busca entre sus muros el orificio por el que, de forma milagrosa, escaparon del fuego las hostias del sagrario, y se fueron volando hasta el convento de las Madres Dominicas, al otro lado del Duero. 
Torre de San Cipriano
Créditos: J.E. Antón
Seguimos caminando por las calles y vamos encontrando, aquí y allá, joyas del románico zamorano, como las afiligranadas arquivoltas de la Magdalena (donde hay que encontrar el busto de un obispo, es que te quieres casar),el rosetón de San Juan (que semeja una arcaica rueda de carro), las ventanas y capiteles de San Cipriano (con su primitiva rejería), la puerta sur de Santiago del Burgo (con sus dos arcos gemelos  que arrancan del centro de la puerta donde existe un capitel colgante sin fuste ni basa), los ajedrezados de Santo Tomé, los arbotantes de San Pedro y San Ildefonso, donde se venera el cuerpo del que fuera Arzobispo de Toledo… Pasear por la ciudad es una constante y agradable sorpresa.
Pero no todo el arte de Zamora es el Románico. En los albores del siglo XX, varios arquitectos del ámbito de Gaudí, recalaron en la ciudad y dejaron para la posteridad una importante cantidad de bellos edificios que han convertido a Zamora en una de las principales ciudades de la Ruta del Modernismo europeo.

Zamora y su buena mesa
La Zamora moderna es una ciudad de comercio y de servicios, pero también de tapeo y buen comer. Bares y tabernas compiten en la búsqueda de clientela con oficinas bancarias, tiendas de ropa o de productos de la tierra. 
Pulpo a la sanabresa
Créditos: Javier Lastras
En una ciudad en la que su calle principal es el pasillo de la casa común, es obligado salir, estar allí, charlar con los amigos y tomarse unas tapas. No te las pierdas. Cada establecimiento tiene su especialidad: pulpo a la sanabresa, tiberios (mejillones con salsa de pimentón), perdices de mar (sardinillas rellenas de tomate y rebozadas), figones (rebozado de queso y chorizo), mollejas a la zamorana o pinchos morunos que –recuerda- en Zamora se piden “uno que sí” o “uno que no”, según lo quieras con o sin picante. 
Si lo que deseas después del paseo es sentarte, descansar y degustar tranquilamente un plato zamorano, son muchos los restaurantes que pueden ofrecerte, junto con un magnífico vino de Toro D.O., el arroz a la zamorana (arroz seco con productos del cerdo), el bacalao al ajo arriero o a la tranca, el lechazo asado o las impresionantes presas de ternera de Aliste. Todos son alimentos de primerísima calidad y fantásticamente preparados. Y de postre, prueba unas cañas zamoranas o unas aceitadas. 
Zamora, una ciudad poco conocida, cercana, amistosa, coqueta, con encanto. Una ciudad que merece la pena pasear, escuchar, sentir, saborear y vivir…

© Marta Antón González, Derechos Reservados
De Mundo en cuando
Twitter: @martasia0103

miércoles, 27 de marzo de 2013

Murcia, la de los dos mares

Cartagena desde el Castillo de Galeras en la Base
de Submarinos de la Armada Española
Créditos: Viajes de Primera
Hay viajes en los que los paisajes se agrandan y se exploran posibilidades casi desconocidas a pesar de estar ahí, al alcance de la mano, porque ni la distancia es excesiva ni las costumbres, ajenas. Navegamos por dos mares, entre tres municipios y a lo largo de varios siglos de Historia para recuperar los mejores sabores del sur de la región de Murcia


Al atardecer, la superficie del agua es rosa. El perfil de los flamencos, con sus patas de alambre y sus picos ganchudos, se confunde con el horizonte, al que casi se podría llegar andando, sin que el agua cubriera por encima de las rodillas. Adentro, adentro, adentro sin perder nunca pie. Lo más parecido a caminar sobre las aguas; un recuerdo infantil arraigado en la memoria viajera, quizá porque contradecía todas las normas de supervivencia playera de los adultos.

Teatro Romano de Cartagena
Créditos: Viajes de Primera
Por aquel entonces nadie hablaba de fenicios, ni de cartagineses, ni de romanos. Tampoco de los árabes, inventores de las encañizadas, un sistema de pesca que sigue vigente a día de hoy. Aunque fueron ellos, primero unos, luego otros, entre todos, quienes sentaron las bases económicas y sociales de los municipios próximos al Mar Menor, la laguna salada más grande de Europa, uno de los ecosistemas más frágiles de la geografía española, un rincón sonriente y lleno de luz que sabe a almendras, a mújol, a naranjas y (para los más afortunados) a langostinos, escasos y muy valorados.

Molinos de agua para extraer la sal en las
salinas de San Pedro del Pinatar
Créditos: Viajes de Primera
Pero, por encima de todo, la Historia del Mar Menor sabe a sal, el oro blanco de la Antigüedad. “Era tan valiosa que tendríamos que imaginarnos toda esta zona rodeada de murallas, incluso con torres defensivas”, dice Carlos Alarcón, responsable de producto de Salinera Española, señalando con el dedo las montañas inmaculadas, algunas porosas, como de nieve recién caída, otras lisas y resbaladizas, de hielo casi, que salpican la explanada principal de sus instalaciones, en el corazón del Parque Regional de San Pedro del Pinatar.

Talasoterapia
Créditos: Viajes de Primera
También fueron los romanos, amantes de los sabores intensos y necesitados de alimentos no perecederos para sus ejércitos, quienes fomentaron la salazón del pescado, (mojama de atún, huevas de maruca….), una de las tradiciones más apetitosas de la zona, que se mantiene muy viva, a veces, incluso, de manera artesanal, en San Pedro del Pinatar, por donde pasaba la Vía Augusta.

El tercer fruto, a modo de guinda, del maridaje entre sol y sal es la lodoterapia. En Lo Pagán, la zona costera de San Pedro del Pinatar, se alinean las pasarelas de madera que descienden hasta esos fondos escurridizos, oscuros y terapéuticos que tan de moda se pusieron ya en el siglo XIX, cuando el turismo de salud daba sus primeros pasos, embutido en bañadores rayados que lo cubrían todo.
Submarino Isaac Peral en el paseo marítimo de Cartagena
Créditos: Viajes de Primera
Hoy, un paseo cuajado de palmeras, pescadores, andarines y bicicletas separa las Charcas de las Salinas del Mar Menor, donde debería terminar una sesión tradicional de fangos, por los beneficios terapéuticos de sus aguas de alta salinidad. 

Aunque la profundidad máxima de ese mar –Belich, como lo llamaron los romanos- es de 7 metros, hace algunos miles de años era mayor, de manera que las embarcaciones de gran calado podían fondear en su interior, al abrigo de las olas y las tormentas, protegidos de los piratas mediterráneos por ese brazo de arena que es La Manga…

Javier Castro sobre la cubierta del Submarino
Siroco en la Base de la Armada en Cartagena
Créditos: Viajes de Primera
Porque por el mar llegan novedades, productos, noticias, ideas… Pero también ejércitos y asaltantes, de ahí que esta zona de la costa murciana esté repleta de murallas, de faros, de torres vigías, construidos con ahínco, especialmente durante el reinado de Felipe II; de ahí también la importancia estratégica del puerto de Cartagena, donde la Armada tiene la base de submarinos más importante de España, donde nació Isaac Peral, marino, científico e inventor del torpedero submarino, y escenario cinematográfico de La chispa de la vida de Mota y Hayek.

Tres municipios, Cartagena, San Javier y San Pedro del Pinatar, y dos mares, el Mediterráneo y el Menor; un sinfín de posibilidades entrelazadas por los años y los pueblos que han ido viviendo y trabajando en estas tierras y en estas aguas, a las que ahora se vuelve a mirar como si fueran nuevas porque conservan la sabiduría milenaria de los supervivientes. Porque para avanzar hay que revalorizar lo de siempre, recuperar la esencia que las prisas fueron desdibujando a ladrillazos.

© Javier Castro y Beatriz de Lucas Luengo, Derechos Reservados
Twitter: @ViajesPrimera

miércoles, 13 de marzo de 2013

Termas Geométricas en Coñaripe, Chile


Termas Geométricas
Créditos: Cristofer
Las Termas Geométricas respetan su entorno y ofrecen al turista pozas insertas en un paisaje sobrecogedor. Para muchos, las mejores termas de Chile.
Chile es un país que cuenta con más de 250 termas a lo largo de su estrecha geografía. La mayoría de ellas se encuentran al sur de Chile y son muy visitadas, no sólo por el placer que supone, sino también por los beneficios que reportan al cuerpo. A poco más de 840 kilómetros al sur de Santiago, la capital de Chile, es posible disfrutar durante todo el año de las aguas de las Termas Geométricas. 

Cómo llegar a las Termas Geométricas 
Termas Geométricas en Coñaripe
Créditos: Andrés Briones
Si sale desde Santiago, debe coger la Ruta 5 sur hasta Pitrufquén -808 kilómetros- y continuar por el desvío que lo llevará a Licán Ray. Desde ahí, sólo 20 kilómetros lo separan de Coñaripe, un balneario con menos de 2 mil habitantes que se ubica en la ribera este del lago Calafquén. Desde Coñaripe sale un camino, apto para todo tipo de vehículos durante todo el año, al Parque Nacional Villarrica. A los 16 kilómetros, tendrá ante usted las Termas Geométricas. Otra opción un poco más “salvaje” y turística, únicamente en verano es, desde Pucón, el camino que cruza el Parque Nacional, sólo apto para vehículos con tracción en las 4 ruedas. 

Las Termas Geométricas 
Una pasarela de madera de coigüe pintada de rojo es el característico comienzo en estas termas. Después de recorrerla continúa una rampa sin peldaños que le permite andar los 450 metros de quebrada entre los que se pierden las 20 pozas. Perdidas entre naturaleza con mínimas intervenciones por el hombre y respetando al máximo la naturaleza, se hace un todo con las cascadas, piedras y vegetación. Durante la noche -en verano las Geométricas cierran a las 21 horas- y desde el atardecer, 400 velas iluminan las termas para que se pueda bañar en un ambiente único y especial. 

Otros servicios en las Geométricas 
Las Geométricas
Créditos: Andrés Briones
Nada más llegar a las Termas Geométricas y pagar la entrada, poco más de 20 euros, le entregarán un candado con su llave para que pueda guardar sus pertenencias en las taquillas que hay cerca de cada poza. También una toalla, todo sin coste adicional, y si se le ha olvidado el bañador, puede comprarlo ahí. Los baños en aguas termales además de un profundo bienestar, provocan hambre, es por esto que puede encontrar un quincho en un espacio cubierto, alrededor de un gran fuego abierto, en el que puede comprar comida y bebida. La comida está hecha en horno de leña y la casa invita a agua de vertiente con pepino y limón. 

Los alrededores de las Termas Geométricas 
En las cercanías de las Termas Geométricas puede conocer hermosos lugares que sin lugar a dudas lo dejarán boquiabierto. Pucón y Villarrica, además de ser muy turísticos, tienen ferias de artesanía donde puede comprar productos de madera trabajados a mano. Coñaripe, Licán Ray y Panguipulli, el la orilla del lago Calafquén son una buena opción si busca naturaleza y paisajes de ensueño. Un poco más al sur, se encuentra Puerto Fuy y el lago Pirihueico, donde puede coger un transbordador y cruzar a Argentina por el paso fronterizo más bajo de Chile, con sólo 659 metros sobre el nivel del mar. Todo un espectáculo a la vista.

© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

martes, 5 de febrero de 2013

Mercados gastronómicos de Madrid

Interior del Mercado de San Miguel, Madrid
Créditos: Herry Lawford
El atractivo que genera la gastronomía española dentro y fuera de nuestro territorio es indiscutible. Así mismo, en las últimas décadas, la innovación y el renombre de algunos de los establecimientos y chefs españoles, traspasan fronteras y se han convertido en referente mundial, no sólo por su buen hacer entre los fogones, sino por su brillante adaptación a un mercado que ha cambiado sus gustos y expectativas. 

Por su parte, la cultura del tapeo es uno de los aspectos de nuestra gastronomía, que más ha viajado por el mundo. Incluso ha llegado a encontrar su adaptación en algunos puntos bastante alejados de nuestro mapa. Esta fórmula lleva asociados el ambiente distendido, el buen humor, la compañía agradable y la oportunidad de probar distintos tipos de comida en un mismo día. 

Así mismo, resulta un modo más económico de disfrutar de la buena cocina. 
Entorno al “matrimonio” compuesto por la innovación culinaria y la tradición centenaria del tapeo, se están conformando iniciativas de éxito tan curiosas, como el renovado concepto de los mercados municipales. Éstos se están convirtiendo en una tendencia muy interesante, con un focus de considerable intensidad en la capital madrileña. 

Mercado de San Miguel 
El primero en ofrecernos esta innovadora idea fue el antiguo Mercado de San Miguel, que  en el 2009 reabrió sus puertas. Localizado en el Madrid de los Austrias, junto a la Plaza Mayor y a dos pasos del barrio de La Latina, una de las zonas más castizas de la capital, y sin duda, típicamente ligada a la cultura del tapeo. 
Mercado de San Miguel, Madrid
Créditos: LWY
El edificio conserva el sabor y la apariencia externa del tradicional mercado municipal. Así mismo, mantiene parcialmente su utilidad como plaza de abastos, con la presencia de puestos, en los que se pueden adquirir comestibles de alta calidad.
Sin embargo, el concepto de negocio y la apariencia interna son totalmente novedosos respecto del antiguo mercado. Bajo su techo es posible disfrutar in-situ de algunas de las mejores especialidades de bares madrileños con mucha solera, como el "Lhardy", con un puesto representativo en el mercado. 
El bullicio del mercado, la localización, el ambiente y la variada oferta, que va desde las famosas ostras hasta el sushi, regadas con el tradicional vermouth o un vodka auténticamente ruso, hacen del mercado un lugar en el que podemos disfrutar de casi tanta diversidad y riqueza gastronómica, como en la completa extensión de la propia capital. 
No obstante, la tendencia de recuperar el espacio y representatividad tradicional de estos lugares, re adaptándolos
 a las nuevas expectativas y necesidades del consumidor actual, no es exclusiva del Mercado de San Miguel. No en vano, desde 2009 son ya otros dos mercados, los que están adquiriendo una notoriedad importante en la capital madrileña. 

Mercado de San Antón, Chueca
Mercado de San Antón, Chueca
Créditos: Emilio Canosa
El Mercado de San Antón situado en la calle Augusto Figueroa, a la que se ha dado en denominar el “Soho Madrileño”, y a dos pasos de la calle Fuencarral, zona tradicional de compras. Esta localización combina perfectamente la oportunidad de disfrutar de una jornada de shopping, una variada oferta gastronómica y una gran diversidad de locales de ocio nocturno, ya que se encuentra precisamente en el barrio de moda: Chueca, y a pocas calles de distancia del conocido Malasaña.  
El espacio del mercado, con dos plantas, un sótano y una terraza, es considerablemente mayor que el del Mercado de San Miguel, lo que le ha permitido diversificar y distinguir su oferta. 
De esta forma, en el sótano nos encontramos con un conocido supermercado, complemento para obtener aquellos otros productos que el mercado no ofrezca. 
La entreplanta, por su parte, representa el concepto del mercado municipal más tradicional, en la que se encadenan las carnicerías, pescaderías, fruterías,... 
En la primera planta, el concepto se acerca mucho más al descrito para el Mercado de San Miguel, donde encontramos un conjunto de puestos, entre los que podemos escoger pequeñas muestras de cocina española, griega, italiana y más. En esta misma planta existe un espacio abierto a exposiciones y otras actividades culturales. Lo cuál, se trata sin duda, de una apuesta interesante y diferenciadora para artistas y consumidor. 
En cuanto a la terraza del ático, tenemos restaurantes, y zona de copas.
Sin duda, el mercado es toda una experiencia, y un lugar en el que podemos disfrutar desde la mañana hasta bien entrada la noche.  

Isabela Gourmet Market
Finalmente, la más reciente de las tres incorporaciones es el Isabela Gourmet Market, que abrió hace escasamente ocho meses. Situado en la zona norte de Madrid, a escasa distancia del Estadio Santiago Bernabéu y junto a Nuevos Ministerios, en pleno centro financiero de la ciudad. 
Por su parte, este mercado apuesta por la oferta gourmet y se dirige a un target muy específico, en relación con el lugar de la ciudad que ocupa. Alejado del turismo cultural y centrado en el corazón del área de negocios de la capital madrileña. 
Sin embargo, debido a la juventud del proyecto, aún no podemos ver desarrollado todo el potencial que este espacio ofrece. No obstante, promete mucho. 
El mercado consta de cuatro plantas, dos de las cuales están enteramente dedicadas a una considerable cantidad de puestos, en las que se pueden comprar y consumir productos delicatessen. Otra de las plantas, se dedicará a la próxima apertura del restaurante de un famoso chef español. 
Finalmente, lo más interesante, tanto por su relación con la localización que ocupa, como por la versatilidad que esta iniciativa puede ofrecer, dispone de espacios para conferencias y cook shows, que pueden hacer de este espacio un escenario magnífico desde el que mostrar la vanguardia en innovación gastronómica.

Espero que tengáis la posibilidad de disfrutar de la experiencia tan variada que ofrecen cada uno de estos tres mercados, y sobre todo, que nos contéis luego qué os han parecido. ¡A tapear de mercado!



© Inma Quirante, Derechos Reservados
e-tourmarket
Twitter: @InmaQuirante

sábado, 2 de febrero de 2013

Pichilemu: playas, surf y mucha cultura huasa


Atardece en Pichilemu, Chile
Créditos: Álvaro Ruiz Mardones
Entre los miles de kilómetros de costa, cerca de 4.300, que son una parada obligada para los turistas que visitan Chile, los amantes del surf tienen su “Meca” en Pichilemu. Este balneario de la VI Región presenta unos de los mejores “Break Points” del Cono Sur.

Esta pequeña ciudad costera ubicada en la Región del Libertador Bernardo O´Higgins, presenta una particularidad única que la diferencia de cualquier otro balneario de la zona central de Chile: sus olas. 

Décadas atrás Pichilemu era un balneario que solo conocían las personas que vivían en sus alrededores. Sin embargo, sus playas de larga extensión, con inigualables condiciones de viento y oleaje, hicieron que de a poco se hiciera conocida entre los surfistas nacionales, quienes encuentran en esta pequeña localidad las mejoras olas del territorio chileno.

Las playas de Pichilemu
Surfistas buscando las mejores olas en la Meca del Surf
Créditos: Álvaro Ruiz Mardones
Tres son las principales playas donde practican el deporte de la tabla: La Puntilla, Infiernillo y Punta de Lobos. Esta última, es la preferida por los cultores más expertos, quienes se meten varios metros entre roqueríos hasta llegar al interior del mar para surfear olas de seis metros con buenos “Tubos” y “Break Points”. Es en este lugar donde se realizan campeonatos nacionales e internacionales.

Pichilemu: más que playas
Casino Ross, Pichilemu
Créditos: Diario El Muro
Pero Pichilemu, no es sólo playas y olas, sus alrededores también ofrecen la posibilidad de hacer variadas actividades. Una de ellas es descansar a la sombra de los centenarios árboles del Parque Ross. Este parque fue diseñado en 1885 por Agustín Ross Edwards, una de las personas más poderosas de esa época. El Parque Ross se encuentra al costado del Casino del mismo nombre, edificio que fue construido imitando (a escala) al Torreón de Caza del Palacio de Versalles.

Los alrededores de la Meca del surf
En los pueblos de los alrededores de Pichilemu, a 40 minutos en auto, se puede visitar la zona de Santa Cruz, San Fernando y Lolol, unos de los centros más importantes del mundo vitivinícola chileno. En estos lugares pueden visitar reconocidas viñas como Emiliana, Santa Cruz, Viu Manent, Caliterra, Lapostolle y Casa Silva, entre muchas otras que encontrarás en la Ruta del Vino. Acá podrán conocer los procesos de vinificación y cómo catar los mejores vinos de estas viñas acompañados de la mejor gastronomía tradicional de la zona centro de Chile.

Otros deportes náuticos
Surfeando en Pichilemu
Créditos: Hija Ilustre
En las cercanías de Pichilemu se encuentran tres lagunas que son aptas para los deportes náuticos y para la pesca. La Laguna de los Curas está a solo 8 kilómetros del balneario, la Laguna del Perro es la más popular entre los habitantes de Pichilemu y Laguna del Cáhuil que está a 13 kilómetros de la playa, nace de la desembocadura del Estero Nilahue, una hermosa laguna de agua dulce ideal para paseos en bote.

Cuándo ir a Pichilemu
La temporada alta para visitar Pichilemu es durante el verano, o sea de diciembre hasta finales de marzo y la temporada baja es desde finales de marzo hasta mediados de diciembre. Los fines de semana largo, como Fiestas Patrias, también es considerada temporada alta por la gran demanda de turistas que llegan en esas fechas.

Alojamientos Bed & Breakfast


© Álvaro Ruiz Mardones, Derechos Reservados