Para el día de los enamorados nada mejor que una escapada romántica a uno de los tantos pueblos con encanto que tiene España. Aquí le sugerimos algunos.
El día de San Valentín es una buena fecha para escaparse con la pareja por los hermosos parajes que ofrece España, bien por el día o por todo el fin de semana. Sin lugar a dudas, España tiene cientos de rincones hermosos y románticos en los que podrá pasear su amor. Aquí les dejamos una selección de aquellos pueblos que no tienen pérdida para que su día de los enamorados sea especial.
Ayna, Albacete
Ayna se encuentra situada en lo más profundo de la garganta que forma el río Mundo, es conocida como “la Suiza manchega”. Esto se debe a la gran cantidad de vegetación, la habitual presencia de la nieve en invierno y los grandiosos farallones que rodean el pueblo. Enclavada en la comarca de la Sierra del Segura, muchos dicen que es uno de los paisajes más seductores de Castilla La Mancha.
Aínsa, Huesca
Calle Mayor de Aínsa, Huesca Créditos: Juan R. Lascorz |
Aínsa, esta hermosa villa medieval se encuentra en el Pirineo de Huesca, cerca del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Sin lugar a dudas, el casco antiguo de Aínsa es ideal para un romántico e invernal paseo de San Valentín. Sus casas, típicas de esta zona de montaña, con sus paredes de piedra y los tejados inclinados para que resbale la nieve. En el castillo de Aínsa, declarado Patrimonio Histórico Español en 1985, pueden pasear por las murallas, con unas maravillosas vistas del pueblo, con la torre de la iglesia de Santa María de Aínsa en todo lo alto. A la torre de la Iglesia puede acceder por una escalera angosta de piedra, que lo conducirá a una vista panorámica de Aínsa y los ríos que la circundan.
Beget, Girona
Beget, Girona Créditos: Joe Calhoun |
Para llegar a este pueblo del Pirineo gironés es preciso recorrer una sinuosa y angosta carretera, de 3 kilómetros que nace en el Camprodon, en la que las curvas son las protagonistas. El pueblo al completo es un monumento arquitectónico, restaurado e impecable, perdido en el bosque entre dos torrentes, declarado lugar de interés histórico-artístico en 1983. Las casas de piedra y con balcones de madera, están engalanadas con flores o plantas.
Combarro, Pontevedra
Combarro es uno de los núcleos pesqueros más bellos de la costa de pontevedresa. Pequeñas calles irregulares de piedra y antiguas casas se unen al puerto. En 1972 fue declarado conjunto de interés artístico y pintoresco gracias a su espectacular encanto. Pero no sólo de pesca vive Combarro. La actividad agrícola también ha dejado su granito de arena en la arquitectura de este pueblo, con más de 30 hórreos que llegan hasta la orilla del mar. También es posible encontrar cruceiros en las intersecciones de caminos y las plazas, basándose en la firme convicción de que los protegen. Sin duda, es un pueblo por el que puede perderse con su pareja para San Valentín.
Gualchos, Granada
Si lo que está buscando es romanticismo, tranquilidad y playas, le recomendamos visitar Gualchos, en Granada. La iglesia de San Miguel, la más importante de la zona, esta rodeada de casas blancas. Sus calles son estrechas, con vistas al Mediterráneo y a sus espaldas la Sierra de Lujar. Sus playas, inexplicablemente, no masificadas, son un regalo del litoral mediterráneo difícil de encontrar en nuestros días. Castell de Ferro, es uno de sus principales lugares de interés turístico, se encuentra situado en la cima de un cerro, a 90 metros de altura, ofreciendo unas singulares vistas.
Pedraza, Segovia
Plaza de Pedraza. Pedraza, Segovia Créditos: PsTdeViaje |
Pedraza, ubicada a pocos kilómetros de Madrid y Segovia, es un pueblo completamente amurallado y aún conserva su única puerta de acceso. Con un encanto único, durante los fines de semana cientos de turistas recorren sus angostas, empedradas e irregulares calles, paseando antes de degustar una de las delicias de la casa: el cordero asado. Nada más dejar el coche en el solar que hace las veces de parking, se encuentra con la casa museo de Ignacio Zuloaga, pintor guipuzcoano. El castillo, antigua residencia de los reyes de Castilla y León durante la Edad Media, fue comprado por Zuloaga en 1926 y puede ser visitada por los turistas. La plaza de Pedraza, rodeada de antiguas construcciones algunas reformadas como restaurantes y tiendas, otras, con flores, engalanan el pueblo.
Puebla de Sanabria, Zamora
La Puebla de Sanabria es uno de esos pueblos que no puede dejar de conocer. Es una ciudad medieval, que aún mantiene su castillo con la ciudadela amurallada en muy buenas condiciones, rehabilitado casi en su totalidad. Catalogada como población de interés cultural, un día debe dedicarlo a perderse por sus callejuelas y admirando sus casonas nobles, el Castillo, la Iglesia Parroquial de la Purificación o la Ermita de San Cayetano. Y por supuesto, una parada obligada es el lago de Sanabria, a 13 kilómetros de la Puebla de Sanabria.
Rupit, Barcelona
Si para este San Valentín quiere visitar Rupit, no deje de entrar al pueblo por su bonito puente colgante, por el que sólo pueden pasar 10 personas a la vez y aún así se bambolea con al paso de los turistas. El puente de Rupit, construido sobre la riera del río Rupit en el año 1945, fue restaurado en 1994, conservando la estructura original, es uno de los emblemas de este pueblo que tiene sólo 312 habitantes. Un paseo al atardecer por el núcleo medieval de Rupit puede ser perfecto para un fin de semana de enamorados.
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