Encuéntranos en Google+. Periodista sin Tribuna... De viaje: febrero 2012

martes, 28 de febrero de 2012

Ruta 5: la columna vertebral de Chile


Desde la frontera con Perú y hasta la Isla de Chiloé, es posible recorrer parajes
tan diversos como el desierto de Atacama o las maravillas de la Patagonia.

Ruta 5 Chile - Disco de Identificación
Créditos: Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito de Chile
La Carretera Panamericana es un sistema colectivo de carreteras, de aproximadamente 48.000 kilómetros de largo, que enlaza casi a todos los países del continente americano. De norte a sur la Panamericana pasa por: Alaska, Canadá, Estados Unidos, México, Colombia, Venezuela, Guayanas, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Se debe tener en consideración que en la estación de lluvia algunos tramos no son transitables. La Panamericana une América desde Alaska hasta la Patagonia, salvo por un tramo de 87 kilómetros, en la selva entre el extremo este de Panamá y el noroeste de Colombia llamado el Tapón de Darién. Sin embargo, actualmente el proyecto Autopistas de Montaña construye la doble calzada de Medellín – Uraba, que permitirá que la unión del continente americano sea total. 


La Panamericana por Chile 
Chile posee una extensa red de carreteras y autopistas, siendo su columna vertebral la Ruta 5 que recorre a Chile desde Arica hasta la Isla de Chiloé, pasando por las principales ciudades. Se denomina Ruta 5 al tramo de la Panamericana que pasa por: Argentina, Bolivia, Chile, México, Paraguay, Perú y Uruguay. Los 3.363 kilómetros de Panamericana que recorren Chile de norte a sur, pasan por climas y sistemas ecológicos diversos que van desde el desierto hasta los más fríos y lluviosos parajes del sur. Si bien recorre todo el país, debido a las condiciones geográficas, no pasa por Aysén ni por Magallanes. 

Recorrer Chile de norte a sur 
Una de las mejores maneras de recorrer el país andino, es en coche. De hecho, es muy común que durante el verano, los turistas nacionales escojan o bien el tramo norte o el sur de la Panamericana chilena y la recorran mochileando, es decir con la mochila al hombro, ya sea haciendo autostop, en bicicleta o en coche. 

Punto de partida 
Un buen punto de inicio a esta aventura es Santiago de Chile. En esta ciudad se puede encontrar el denominado “km 0”, bajo el paso nivel de la Alameda Bernardo O'Higgins, la calle más importante de la capital. Es también en este punto donde la Panamericana se divide de acuerdo al punto cardinal al que se quiera dirigir: Norte o sur. Para llegar a Santiago, cada día aterrizan en el aeropuerto internacional, cientos de aviones procedentes de distintos puntos del mundo, donde se pueden encontrar varias agencias de alquiler de coches. 

Ruta 5 Norte 
Volcán Licancabur, Ruta 5, Chile
Créditos: S. Rossi 
Desde Santiago, dirección norte, es posible llegar por la Panamericana hasta el paso fronterizo con Perú, llamado Concordia-Chacalluta en Arica, a más de 2.000 kilómetros de la capital. A lo largo de este tramo es posible pasar por ciudades costeras como Pichidangui o La Serena o atravesar el desierto más árido del mundo: el desierto de Atacama. Siguiendo la Ruta 5 Norte, al llegar a La Serena, se puede desviar poco más de 60 kilómetros para visitar el pueblo natal de la poetisa y premio Nobel de literatura chilena, Gabriela Mistral. En su camino al norte, sin salir de la Panamericana, a falta de poco más de 300 kilómetros para llegar a Iquique, es posible atravesar los salares de Llamará y Pintados. 

Ruta 5 Sur 
Hito Ruta 5 Sur, Quellón, Chiloé, Chile
Créditos: Mike Fernwood
Si por el contrario decide visitar el sur de Chile utilizando la Ruta 5 sur como referencia, debe saber que el paisaje al que se enfrentará será diametralmente opuesto al nortino. La zona sur de Chile se caracteriza por su verdor, sus lagos y su abundante vegetación. Desde Santiago al sur por la Ruta 5 puede llegar hasta la ciudad de Quellón, ubicada en la Isla Grande de Chiloé, a más de 1.000 kilómetros del punto de partida y después de haber cruzado el Canal de Chacao. A poco de abandonar la capital, a 260 kilómetros, puede pasar por Talca a degustar comidas típicas chilenas, ya que la gran variedad de recursos agrícolas y ganaderos en el área rural hace de Talca un popular centro gastronómico, donde puede degustar cazuela, charquicán o chancho en piedra. Poco antes de llegar a 1.000 kilómetros de Santiago, puede hacer un alto para disfrutar de un baño en el lago Llanquihue o las vistas de los numerosos volcanes. 

Ruta 5: Recomendaciones 
Se debe tener en cuenta que algunos tramos de la Ruta 5 han sido licitados, por lo que es necesario llevar dinero para el pago de los peajes. Si se decide a hacer el trayecto completo, siempre debe tener en cuenta que el clima que puede encontrar en Arica será totalmente opuesto al que encuentre en Puerto Montt, aunque la estación sea la misma. Siempre lleve a mano un chubasquero y crema solar.

© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

martes, 21 de febrero de 2012

Hotel Cueva Tardienta en el desierto de Los Monegros


Vista aérea del Hotel Cueva Tardienta Monegros
Créditos: Hotel Cueva

Si quiere sentirse como Alí Babá y de paso dormir 3 metros bajo tierra rodeado de comodidades, el Hotel Cueva Tardienta Los Monegros, es el lugar ideal.

Se tiene la creencia de que en el desierto de Los Monegros hay nada. De hecho, hace un tiempo se estuvo hablando de convertir este desierto en un Las Vegas español, sin embargo, la idea de momento, no cuajó. Pero en las entrañas del desierto oscense se esconde en sus montañas un hotel cueva, digno de visita. Con todas las comodidades posibles, el Hotel Cueva Tardienta-Monegros es un lujo oriental al alcance de todos. 

Cómo hacer un hotel 3 metros bajo tierra 
Por muy increíble que parezca, para construir el Cueva Tardienta, lo que se hizo fue vaciar la montaña –literalmente- para así poder diseñar las habitaciones y las zonas comunes, como la recepción o la piscina. Cuando el hotel estuvo en pie, la montaña fue “reconstruida” sobre él, cuidando de dejar un cráter sobre el patio central, para asegurar una buena iluminación. 

Patio Interior del Hotel Cueva
Créditos: Hotel Cueva Tardienta Monegros

Cómo llegar al Hotel Cueva Tardienta-Monegros 
Para llegar a este singular y original hotel, se debe coger la autovía Zaragoza-Huesca y desviarse en la salida 341 dirección Almudévar, Tardienta. Una vez pasado el Acueducto de Tardienta se deben seguir las indicaciones al Aeródromo Tardienta Monegros, que es el lugar donde se esconde este hotel cueva. Desde Huesca, son 12 minutos; 30 desde Zaragoza y 3 horas desde Madrid. 

Hotel Cueva Tardienta-Monegros 
Este hotel de 8 habitaciones y 3 estrellas es ideal para relajarse y descansar, no se admiten niños o animales de compañía. Para aquellos que no puedan -o no quieran- desconectar, el hotel cuenta con conexión wifi en todas sus habitaciones. Para mimar a sus clientes cuentan con piscina, restaurante, bar y un patio interior, además de televisor de plasma, parking, servicio de desayuno y una jaima para las cenas. Pensando en que todos puedan disfrutar esta experiencia a lo Alí Babá, el hotel Cueva Tardienta tiene sus instalaciones habilitadas para minusválidos. 

Habitación Verde
Créditos: Hotel Cueva
Las habitaciones del Cueva Tardienta Monegros 
Cada una de las habitaciones –a 3 metros bajo tierra- está pintada de un llamativo color, lo que hace que olvidemos que estamos bajo tierra y se crean diferentes ambientes en ellas, al ser los colores diferentes en cada una de las habitaciones. Las habitaciones, que mantienen una temperatura constante, están equipadas con bañeras de hidromasaje y se ubican en torno a un hermoso patio interior decorado con grandes macetas con camelias y una fuente de agua. Los muebles han sido traídos desde Marrakech para darle más ambiente, así como también las mantas hechas de pelo de camello, o las cortinas y los kilim. Las camas, todas de forja, fueron diseñadas por artistas aragoneses. 

Qué hacer en Tardienta 
En las mismas instalaciones del aeródromo donde se encuentra el Hotel Cueva, funciona también un centro de ocio y aventura, Tardienta Monegros. Cuenta con diversas actividades para hacer de su estadía lo que usted quiere que sea. Desde paintball a paseos en sidecar, pasando por vuelos en ultraligero o una búsqueda del tesoro, donde el tesoro es un jamón. Pero si definitivamente lo que quiere es probar algo nuevo, súbase al “pájaro Uy uy uy”, es un aerocarro único es su especie, diseñado y fabricado por José Manuel Ayuda –dueño de este hotel bajo tierra-. El Uy uy uy es un vehículo terrestre propulsado por una hélice de avión, lo que hace que alcance una velocidad considerable al recorrer los caminos monegrinos.


© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

domingo, 19 de febrero de 2012

Isla Grande de Chiloé


Palafitos en Castro, Chiloé
Créditos: S. Rossi
Chiloé, conocida por su magia y misticismo, es un espectáculo para los sentidos. Palafitos, curantos y bellas iglesias de madera lo esperan al sur de Chile.

La Isla Grande de Chiloé se ubica a 1.186 kilómetros de Santiago de Chile y a 90 kilómetros al suroeste de Puerto Montt. Tiene una longitud de 180 kilómetros de norte a sur y un ancho promedio de 50 kilómetros y su superficie total es de más de 9 mil kilómetros cuadrados. De norte a sur, es atravesada por la Cordillera de la Costa, conocida en esta parte del país como Cordillera del Piuchén o de San Pedro en su parte norte y de Pirulil en la sur. 


Cómo llegar a Chiloé 
Para llegar a la hermosa isla de Chiloé en coche, debe tomar la Ruta 5 Sur y en Pargua subir a un transbordador que tarda alrededor de 40 minutos en cruzar el Canal de Chacao, para atracar en la localidad del mismo nombre, Chacao. Otra opción es realizar el viaje vía marítima, desde Puerto de Quellón a Puerto Chacabuco, en un viaje que tarda unas 12 horas observando preciosos paisajes. También puede hacerlo desde Puerto de Quellón a Chaitén, tardando unas 6 horas. 


Castro, capital de Chiloé 
Castro, es la ciudad más antigua de la Isla y fue fundada en el año 1567. No puede irse de Castro sin visitar la Iglesia de San Francisco, el mercado artesanal y sus coloridos palafitos. La iglesia de San Francisco es la más grande de la Isla y fue declarada Monumento Nacional en 1979 y Patrimonio de la Humanidad en 2000. El mercado artesanal, es el más grande de la Isla y se encuentra a pasos de los palafitos, en la costanera de Castro. Entre sus productos, típicos chilotas, puede encontrar chalecos de lana artesanales o variados trabajos en madera. Para comer, puede acercarse a alguno de los palafitos, que se han adaptado como cocinerías, donde la estrella son los productos del mar. 


Iglesias de Chiloé, Patrimonio de la Humanidad 
Uno de los grandes atractivos de Chiloé son sus iglesias. Casi todas ellas siguen un “patrón” común de construcción que varía levemente según la época y la zona geográfica en las que hayan sido levantadas. Las iglesias chilotas tienen forma rectangular y un techo a dos aguas, algunas a tres. La fachada suele estar orientada al este frente a una gran explanada para las procesiones y en los lugares de mayor población, estas explanadas se han convertido en la plaza del pueblo.

Fachada de la iglesia Nuestra Señora de Gracias de Nercón, Castro, Chiloé, Chile
Créditos: Lin Linao


Los Palafitos de Chiloé 
Este tipo de construcción es la más representativa de la Isla de Chiloé, pero no la más abundante. Son casas que han sido edificadas sobre pilares de madera en el agua y que se han transformado en un verdadero estilo de vida. Algunos han sido reformados y adoptados para ofrecer al viajero la oportunidad de dormir sobre el mar, convirtiéndolos en hoteles u hostales. En la ciudad de Castro se encuentra Palafitos 1326, un hotel/boutique, según ellos mismos, donde puede elegir la vista (calle/mar) y dormir sobre el Pacífico arropado con la típica frazada chilota, hecha en lana de oveja por los artesanos de la zona. También en Castro puede alojarse en el Palafito Hostel, totalmente reformado en su interior y se permite al viajero cocinar su propia comida. Cuenta con espectaculares vistas al fiordo de Castro y al río Gamboa y sus zonas comunes son lugares ideales para conocer gente. 


Curanto chilote 
Curanto chilote
Créditos: Pastelera
Una de las cosas que sin lugar a dudas no puede dejar de probar en su viaje a Chiloé, es el curanto. Típico de la Isla de Chiloé, en la actualidad se ha extendido a gran parte del sur de Chile y Argentina. Se prepara al aire libre, en un hoyo en la tierra de medio metro de profundidad. El fondo del hoyo, es cubierto de piedras calientes y sobre ellas se ponen los ingredientes, entre ellos mariscos variados, pollo, costillar de cerdo y patatas, separados por capas de grandes hojas de pangue o de repollo. Al cabo de una hora, se van sacando en bandejas separadas los distintos ingredientes y se suele acompañar de chapalele, que es un pan a base de papas cocidas y harina de trigo, típico de esta zona. 


Recomendaciones para ir a Chiloé 
Lo ideal es llevar ropa ligera, pero que proteja sobre todo del agua. El clima es muy cambiante y en el mismo día puede llover y salir el sol, así que si va muy abrigado, puede ser un estorbo a la hora de recorrer. La ropa ligera, en cambio, se seca más rápido, además lo más seguro es que se traiga de su viaje el típico chaleco chilota. Para los pies, lleve unas buenas zapatillas que no lo dañen al andar y que resistan al barro por si llueve demasiado.

© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

sábado, 11 de febrero de 2012

Parque Nacional Radal Siete Tazas en Chile


Siete Tazas
Créditos: Emiliano Contreras Grupo FB Siete Tazas

Naturaleza en estado puro es lo que ofrece el Parque Nacional Radal Siete Tazas en la VII Región del Maule de Chile.

Siguiendo la Ruta 5, dirección sur, a unos 270 kilómetros de Santiago de Chile, se puede llegar a uno de los parques naturales más interesantes de la VII Región del Maule: El Parque Nacional Radal Siete Tazas. Con más de 5 mil hectáreas, su mayor atractivo son las siete caídas de agua del río Claro y sus respectivas “tazas”, que hacen de esta región de la zona centro, un lugar único y sumamente visitado en verano. 

Parque Nacional Radal Siete Tazas 
Enclavado en la precordillera, está rodeado de árboles, cerros y ríos. La zona muestra una accidentada topografía, que da lugar a saltos y cascadas, que se han formado gracias a la erosión de la roca durante millones de años. El Radal es el balneario a orilla de río, que hace de puerta de entrada al Parque Natural, lugar donde está permitida la acampada y se puede encontrar una tienda en la que comprar alimentos. 

El Velo de la Novia – PN Siete Tazas 
A 3 kilómetros de esta zona, se puede encontrar el Velo de la Novia, una cascada de casi 50 metros de alto, que al golpear contra la roca forma una neblina blanca, que es la que le da el nombre. Si se sigue por el mismo camino, a un costado del Velo de la Novia, se llega a las Siete Tazas y al Salto de la Leona. 

Salto de la Leona - PN Siete Tazas
Créditos: Emiliano Contreras
Salto de la Leona en el Parque Nacional Siete Tazas 
25 metros de caída caracterizan a este salto de agua en el que se puede practicar la natación, una vez pasado un camino de grandes rocas. Visible desde los miradores dispuestos en los senderos, para que el visitante pueda apreciar la belleza de la naturaleza. A lo largo del río Claro es posible apreciar 22 tazas o saltos, además de los ya mencionados. 

Parque del Inglés 
A 11 kilómetros desde El Radal hacia la Cordillera, se encuentra el Parque del Inglés. En esta zona del Parque Nacional Radal es posible encontrar zona de acampada con más de 50 sitios, un supermercado, un restaurante y una hostería que permanece abierta todo el año. Rodeado de espesos árboles, sus riberas son bañadas por las frías y cristalinas aguas del río Claro. En esta zona del Parque es posible encontrar la oficina de información, tanto turística como ambiental. 

Actividades y deportes al aire libre en PN Siete Tazas 
Gracias a la diversidad geográfica de este Parque, el turista puede realizar actividades tanto acuáticas como de montaña. En el Parque hay varios senderos señalizados por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en los que el visitante, además de trekking, puede practicar la fotografía y observar la rica flora y fauna de la zona. Dentro del Parque también se alquilan bicicletas y caballos para recorrer la zona y el río permite a los amantes del kayak la práctica de este deporte. En todo el Parque la caza y la pesca están prohibidas. 

Recomendaciones para visitar las Siete Tazas 
Velo de la Novia - PN Radal Siete Tazas (Chile)
Créditos: Emiliano Contreras
La mejor época del año para visitar las Siete Tazas es durante el verano del hemisferio sur, de diciembre a marzo. En invierno, nieva en esta zona del país, lo que hace imprescindible llevar cadenas para el coche. Si no dispone de coche, puede coger un autobús que sale desde Molina, a 60 kilómetros, con dirección al Parque Nacional Radal Siete Tazas. 

Las Siete Tazas y el terremoto de febrero 2010 
Como detalle curioso, cabe mencionar que a principios de año, cuando Chile fue azotado por un terremoto 8,8 en la escala de Richter, el agua de las tazas desapareció. En principio, el agua se habría filtrado a través de una fisura en la roca basáltica. Sin embargo, las Siete Tazas han vuelto a la normalidad y vuelven a ser uno de los grandes atractivos de la zona centro de Chile.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Sant Sadurní d`Anoia: un San Valentín para brindar

Parroquía de Sant Sadurní d`Anoia
Créditos: Digigalos
Sant Sadurní d`Anoia ofrece al mundo más de 70 cavas para visitar y disfrutar. En cualquiera de ellas, su San Valentín puede ser todo un acierto.

Si es usted amante del vino y del cava y quiere pasar un San Valentín diferente junto a su pareja, una buena opción es hacerlo entre viñas y cavas. Un paseo diferente, que los puede llevar a conocer un mundo que va más allá de burbujas y corchos. Para adentrarse en este mundo, les recomendamos visitar la cuna del cava: Sant Sadurní d`Anoia.

Sant Sadurní d`Anoia
Es un pequeño pueblo ubicado en el Alt Penedès, perteneciente a la provincia de Barcelona. Sus orígenes se datan en el año 1080, en la antigua parroquia de Sant Sadurní de Subirats. Fue en 1764 cuando adoptó el nombre de Sant Sadurní d`Anoia, tomado del río que cruza el pueblo. Este pueblo barcelonés es el productor por excelencia de cava, elaborando el 90 por ciento del cava que se produce en España.

El cava catalán
Freixenet y Codorníu, conocidas marcas de cava saturniense, producen la mayor parte del cava en la región, sin embargo, hay muchos productores pequeños que lo ofrecen en un ambiente familiar. Hay muchos tipos de cava, desde el seco al rosado, pasando por el dulce y para todos los bolsillos. El precio de una botella de cava puede ir desde los 3 euros o más de 50 euros, dependiendo de lo que busque.

Cavas Codorníu, Sant Sadurní d`Anoia
Créditos: LimoWreck
Rutas por las distintas cavas de Sant Sadurní d`Anoia
Muchas son las cavas que ofrecen recorridos por sus instalaciones. Casi todas, además del recorrido, incluyen una copa de degustación y la infaltable visita a la tienda. La visita a Codorníu, no tiene desperdicio. El sótano fue construido por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch y en ella se exponen todo tipo de artefactos hechos de cristal de colores y hierro. También tienen un museo, en el que se exponen los artilugios que se utilizaban antiguamente en la elaboración del cava. Otra opción, además de Freixenet, son las cavas de Gramona, que tienen más de 120 años de antigüedad. Con ellos pueden realizar visitas guiadas por la bodega, degustación y cata comentada e incluso organizan eventos para grupos y empresas. Lo mejor, cualquiera que sea su elección es, antes de presentarse, llamar por teléfono y concertar una visita, ya que algunas veces se requiere un número mínimo de asistentes.

Qué hacer en Sant Sadurní
Si ya han visitado las cavas, el pueblo amerita un recorrido a pie por sus calles. Si va en fin de semana, los sábados tiene lugar el mercadillo municipal, en dos de las principales calles de Sant Sadurní: La calle Montserrat y la Rambla de la Generalitat. Recorriendo esta última, llegará a la Parroquia de Sant Sadurní, de la que podemos destacar su campanario octagonal, vestigio del antiguo templo gótico y su pórtico, remodelado en 1924.

Dónde comer en Sant Sadurní d`Anoia
Uno de los restaurantes más antiguos de Sant Sadurní es Cal Blay, en la calle Josep Rovira, 27. Ubicado en una bodega centenaria reformada, usted y su pareja podrán disfrutar y saborear todos los cavas que se producen en el pueblo y algunos más. La cocina, es una fusión de la gastronomía tradicional y las nuevas tendencias culinarias. Otra opción es el restaurante pizzería Il Picarolo, en los bajos de la calle Industria, 58, donde podrá degustar comida italiana de muy buena calidad. La carta de vinos, incluye también una amplia selección de cavas del pueblo.

Dónde dormir en Sant Sadurní d`Anoia
Lo más importante de planificar un viaje a Sant Sadurní d`Anoia, es que reserve el hostal con tiempo si quiere dormir en el mismo pueblo. Sólo cuenta con uno, Hostal Sant Sadurní, inaugurado en septiembre de 2006, que cuenta con 10 habitaciones, todas ellas exteriores y con balcón. Ubicado en centro del pueblo a pocos metros tienen parking municipal donde dejar el coche y recorrer las calles del pueblo a pie. Otra opción es dormir en Vilafranca del Penedès, a poco más de 13 kilómetros.

Cómo llegar a Sant Sadurní d`Anoia
Si viene de Barcelona, la mejor opción es coger al AP-7 y tomar la salida 27 y seguir las indicaciones que lo llevarán directamente al pueblo. Desde Madrid, la A2, hasta Zaragoza y coger la de peaje, AP-7, hasta la salida 27. Ya desde el camino, verá Freixenet a un costado de la estación de Renfe. Desde Barcelona son casi 50 kilómetros, desde Madrid, casi 580. Como ve, una opción diferente y especial para este San Valentín que puede sorprender gratamente a su pareja.


© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

viernes, 3 de febrero de 2012

Hotel Valdivia en Santiago de Chile

Un palacio moro en el centro de Santiago de Chile.
Créditos: Aberlardo Mella (H. Valdivia)
El Hotel Valdivia ofrece a sus visitantes la posibilidad de pasar una noche en casi cualquier parte del mundo, sin moverse de Santiago de Chile.

Santiago de Chile es una ciudad cosmopolita, con vida nocturna y con una particularidad, cuenta con un gran número de hoteles y moteles, pasando por el Marriot o el Hyatt de 5 estrellas hasta pequeños moteles por horas. 

Hotel vs. Motel 
La primera gran diferencia entre un hotel y un motel es que el segundo está dirigido más bien a parejas y las reservas suelen ser por horas. Sumamente discretos, suelen tener la entrada para los coches directa a la habitación y el cliente ni siquiera tiene contacto con los camareros, quienes llevan las bebidas a la habitación a través de una pequeña puerta en la pared. 

Hotel Valdivia 
Si de hoteles o moteles se trata no puede dejar de visitar el Hotel Valdivia en la comuna de Ñuñoa, en el corazón de Santiago. Con 50 años de vida, el hotel Valdivia ofrece al visitante habitaciones temáticas con sauna, jacuzzi y terraza, ambientadas en diferentes culturas del mundo. 

Los inicios del Valdivia 
En 1959 Coralia Quesada, abrió un pequeño hotel parejero con sólo 7 habitaciones en un antiguo edificio de 4 plantas. A lo largo de estos 50 años ha vivido cambios y se ha transformado en un ícono dentro de los hoteles de la capital chilena. El Valdivia, como todos lo llaman, lleva su nombre gracias a la idea de su fundadora quien nació en Corral, una ciudad a 15 kilómetros de Valdivia y pensó que el nombre les podría traer suerte. 

El Hotel Valdivia a día de hoy 
Habitación Noa Noa, Hotel Valdivia
Créditos: Abelardo Mella (H. Valdivia) 
Actualmente cuenta con 48 habitaciones repartidas en 5 mil metros cuadrados, cada una ambientada y decorada sin dejar detalles al azar. Incluso los aromas y los sonidos están especialmente escogidos para recrear un ambiente seductor y acorde a cada una de las estancias del hotel. Pero no solo las habitaciones están cuidadosamente decoradas. Las zonas comunes del hotel tampoco dejan nada al azar. Cascadas, palmeras, cúpulas y pirámides decoran los pasillos, en los que ningún cliente se encontrará con otro. El Valdivia cuenta con todo un sistema de luces que avisan a las camareras para que coordinen las salidas y entradas de los visitantes. Para quien no lo ha visitado nunca, el hotel desde fuera puede pasar totalmente desapercibido. La fachada del edificio no tiene rótulos, ni letreros que lo anuncie. 

Algunas de las habitaciones del Valdivia 
Las parejas que visiten el Hotel Valdivia podrán dejarse llevar por su pasión en un palacio moro, una cabaña polinésica o una habitación dedicada al Amazonas. Abelardo Mella, hijo de la fundadora, se encarga personalmente de que a las 48 habitaciones, todas con una temática distinta, no les falte detalle. Gracias a sus frecuentes viajes por el mundo pudo ir juntando un gran número de objetos únicos, utilizados para dar ese toque único y singular. 

Vip Noa- Noa 
Si de aficionados a la pintura se trata, quienes se alojen en esta habitación recordarán al posimpresionista Gauguin. Sus colores y su cascada se mezclan con la naturaleza, en una explosión de colorido digna del pintor francés. 

Premium Iguazú 
Si no se puede permitir viajar a Iguazú, no dude en reservar esta suite. Hasta el más mínimo detalles está pensado para que se sienta rodeado de agua y vegetación, elementos centrales de esta habitación. Premium Palacio Moro Marruecos se traslada a la capital de Chile para crear este hermoso palacio moro, con una terraza circular iluminada a través de arcos y pilares. El misticismo y la magia del país bereber se respiran en este palacete santiaguino. 

Súper Vip Pop Art 
Habitación decorada al estilo Pop Art
Créditos: 
PsTdeViaje
No todas las habitaciones están decoradas como si de lugares del mundo se tratara. El movimiento artístico de Andy Warhol, el pop art, también tiene su espacio en este hotel único. En esta habitación se reproduce el ambiente underground de Nueva York con coloridas pinturas y una imagen de la Monroe a gran escala. 


Los precios del Hotel Valdivia 
El precio en una habitación en este imaginativo hotel puede variar entre los 60 euros y los 120, dependiendo del día de la semana y de la habitación que se desee conocer. Todas las habitaciones incluyen, dependiendo de la hora de llegada, desayuno, comida o cena; un aperitivo de bienvenida y de las bebidas dispuestas en el minibar.

© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 

miércoles, 1 de febrero de 2012

Noja, playa y marismas, al norte de Cantabria

A 25 minutos en coche desde Santander es posible encontrar un pequeño municipio cantábrico llamado Noja. Con una población de poco más de 2.600 habitantes, es uno de esos rincones desconocidos de Cantabria que sin lugar a dudas, debe conocer. 

Este pueblo, al igual que sus vecinos de la comarca de Trasmiera, es conocido por sus exquisitos mariscos, pero sobre todo, gracias a sus deliciosas nécoras, las que son cocinadas en agua salada.
Playa en Noja, Cantabria
Créditos: Carmen Ruiz Guerra
Noja también es conocido gracias a sus playas, Tregandín y Ris, que ostentan en sus costas la apreciada Bandera Azul, otorgada por la Fundación Europea de Educación Ambiental. La presencia de esta bandera implica el cumplimiento de normas de calidad del agua, seguridad, prestación de servicios generales y ordenación del medio ambiente. Ciertamente todo un orgullo para Noja y los nojeños.

Cómo llegar a Noja
Para llegar a este pequeño paraíso cántabro desde Madrid, debe coger la Autopista de Burgos (A-1) durante 475 kilómetros y seguir las indicaciones. Si viene desde Asturias o Galicia, si viaja por la A-8, tendrá la suerte de pasar por lugares tan hermosos como Avilés, Castro Urdiales, Llanes o San Vicente de la Barquera. 

Noja en verano
Uno de sus grandes atractivos de Noja es que conserva su carácter señorial, lo que unido a sus playas y hermosos paisajes, hacen de Noja un lugar perfecto para vacacionar. Reconocido destino turístico nacional, esta es su principal fuente de ingresos. 
Durante la época estival, cientos de visitantes llegan principalmente desde el País Vasco, Madrid, La Rioja y León. Tanto es así, que durante estos meses sus habitantes pueden llegar a los 100 mil habitantes.


Noja, vista desde la playa de Tregandín
Créditos: Xuankar
Playa de Tregandín
Para llegar a la playa de Tregadín debe bajar la cuesta desde el pueblo. Esta playa, a pesar de estar en un pueblo turístico como Noja, no tiene una ocupación muy elevada. Esto, unido a sus 3.700 metros de largo y 200 metros de ancho, la convierten en la playa perfecta para familias, parejas y grupos de amigos.
De arena fina y dorada, cuando la marea está baja, se pueden apreciar las rocas negras que los crustáceos de la zona han elegido como su hogar. Algunos turistas aseguran que la visión de estas rocas se asemeja a un paisaje lunar. 

Playa del Ris
Al norte de Noja se encuentra la playa del Ris que se extiende hacia el oeste hasta la marisma de Joyel. Es la más pequeña de las playas de Noja, pero es muy apreciada por turistas y surfistas, quienes disfrutan sus 2,2 kilómetros de arena dorada y fina y su zona rocosa al este.
Frente a la playa del Ris se encuentra la isla de San Pedro y en su interior aún se conservan los restos de una de las primeras ermitas construidas en Noja. Junto a la isla de Oliva, Suances y los peñones de Garfanta, forma un conjunto de pequeños islotes.

Parque Natural de las Marismas de Santoña y Noja 
Es una de las zonas más singulares de la cornisa cantábrica. En Noja podemos encontrar las marismas de Joyel y Victoria, que forman parte de esta reserva natural. Es una de las zonas húmedas más importantes de la Península Ibérica y es considerada de importancia internacional para las aves migratorias del continente europeo. 

Paseo de ensueño por las Marismas
Un paseo con maravillosos paisajes es ir desde Noja a la marisma de Joyel. Para llegar, debe caminar por los arenales de la playa del Ris hasta el final, donde se encontrará con dunas todavía sin urbanizar. Para adentrarse en las marismas, debe bordear el camping y llegará donde se mezclan el agua salada con el agua dulce de los arroyos. 
En medio de la marisma puede contemplar un molino de mareas, que hasta hace poco, se utilizaba pata triturar el maíz con la ayuda de la energía maremotriz. También podrá avistar garzas, garcetas, fochas, cormoranes grandes y zampullines.  

Noja es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más lindos de Cantabria y si la visita, no deje de probar sus nécoras y de dar largos paseos por sus playas al atardecer. Será una experiencia que no olvidará. 

© Carolina Bassa Mercado, Derechos Reservados 


Atardecer en Noja
Créditos: José Manuel de Pablos